martes, 29 de julio de 2008

Un metro cuadrado

Un metro cuadrado de cielo necesito, tan solo eso. Una ventana por donde escape el relativo tiempo y se puedan filtrar; color, palabras y sentimiento

Un metro cuadrado de cielo necesito, eso me basta y quizás me sobra para contar los astros y ascender por el aroma de la vía láctea hasta alcanzar el umbral de los recónditos sueños.

Un metro cuadrado de cielo necesito para echar a volar cualquier sentimiento contrario a la tranquilidad que pueda habitar en mí ser. Que el viento los consuma y se los guarde para sí.

Un metro cuadrado de cielo necesito, solo un metro porque si fueran dos más que rabia y sentimientos se iría mi cuerpo completo.

Un metro cuadrado de cielo imploro para evaporar críticas, falsas esperanzas e ilusiones puras.

Un metro cuadrado de cielo y ni un centímetro menos para escribir con estelas lo que corrompe mi miedo.

Un metro cuadrado de cielo necesito y me conformo para perderme y vagar sin descanso aquí y ahora, porque el después para nada y a nadie le importa.

jueves, 17 de julio de 2008

Yo ...

Opto por un camino en medio del espacio sin espacio a merced.

Opto por los vientos en donde los mundos no me pertenecen y donde no hay momentos ni estación alguna que pueda orientarme en algún intento de huida.

Opto por olvidar lo ya olvidado, lo que en la retina pesa, lo que en los hombros cesa.

Y mucho más allá del dolor y la dicha, abre la noche las heridas de siempre, noche fabricadora de embelecos, loca, imaginativa, quimerista, habitadora de cerebros huecos, mecánica, filósofa, alquimista, encubridora vil. Creadora de sueños escondidos y placeres recónditos, lince sin vista, espantadiza de sus mismos ecos. La sombra, el miedo, el mal se le atribuye, poeta, enferma y fría. Cómplice de deseos, máquina de sonrisas sutiles y bailes estremecidos de sudor, manos del bravo y pies del fugitivo.

Opto por pensar que lejanos pasos empapan los silencios y que remotos presagios aparecen siempre.

Opto por considerar que no hay momentos de sosiego, pero si de rebeldía pura, de amores sin amores, de ilusiones puras y puros conformismos, intentado levantar el espíritu nostálgico.

Y después de todo, opto por pensar que no hay mejor ejemplo de libre albedrío que optar.